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El transporte

  • Publicado el

    01 de junio de 2016

 

Hola queridos seguidores! En  esta edición de este nuestro maravilloso blog de Selegna hemos conversado acerca del transporte y como han cambiado durante el transcurso de los años los trenes, barcos y aviones.

Hemos tenido la suerte de contar para esta edición con tres de nuestros estupendos residentes, Antonio Giráldez,  nuestro andaluz mas dicharachero, Carmen Aznar como cuna de sabiduría  de nacimiento y Amparo Cogollos con su saber estar  siendo ambas Valenciana de pro, que nos han iluminado con sus recuerdos y nos han hecho disfrutar de la charla desde el minuto 1.

Ahora sin más dilación empezamos con la charla. Antonio recuerda con cariño como eran sus primeros desplazamientos cuando era niño, y es que ni más ni menos que ¡eran en…Burro! Además Antonio comenta que cuando fue a la mili recuerda los trenes  infinitamente largo y con mucha gente dentro, casi como gorrinos todos hacinados y sin espacio.

Amparo Cogollos ríe uniéndose a la conversación y comenta que el principal cambio con los actuales trenes no es la comodidad o la velocidad si no que antes se “trataba” de aprovechar mejor los viajes ya que había una falta de recursos muy acentuada tras la guerra civil.

Por su parte Carmen nos describe con cariño sus recuerdos acerca de sus viajes en tranvía en su Valencia natal cuando era niña, ya que para ella eran  pura emoción, tranquilos y prácticamente sin coches alrededor.

Hablando y hablando, Antonio ríe sin parar acordándose de anécdotas de la mili que el realizo en Marruecos. Para llegar allí necesitamos cruzar el estrecho y para ello el medio de locomoción es el barco, y ¿cómo eran los barcos en los años 40? Pues según Antonio un trozo de chatarra de dimensiones mercantes con 2000 o 3000 hombres metidos dentro. Desde Selegna nos atrevemos a apuntar cuál de esos de 2000 o 3000 hombres no pasaría nunca desapercibido, ¿lo adivinan ustedes lectores? ¡Nuestro Antonio por supuesto con su salero andaluz!

Estos hombres además se ensuciaban con el carbón de las maquinas ya que habitualmente iban en las bodegas o sala de maquinas por falta de espacio. Pero Antonio no es el único que tiene algo que decir acerca del carbón, ya que Amparo recuerda también con algo de resignación sus viajes desde Valencia en trenes con locomotora a carbón y como lo primero que se hacía después del viaje era ir corriendo a la ducha ya que el hollín se quedaba en la ropa o el pelo de los pasajeros haciéndoles sentir muy incómodos, desde Selegna nos hubiera encantado poner una foto de la expresión de Amparo cuando habla del carbón, ya que, como ustedes saben, una imagen vale más que mil palabras.

Por si fuera poco Carmen comenta que la comodidad de aquellos transportes era un poco peculiar, a lo que Amparo añadió que si que era muy peculiar…¡ya que eran asientos de madera! A lo que Antonio responde con mucha sarna, que al menos ellas se podían sentar en el tren, ya que si alguno de ellos se quejaba en el viaje por las condiciones del barco incluso lo invitaban a nadar por las aguas del estrecho.

Respecto a los aviones Antonio es rotundo; “ Soy terrestre”. Amparo y Carmen apuntan a que antiguamente no ocurría como ahora que los jóvenes tienen acceso a los aviones. Nuestros huéspedes comentan que a mediados de siglo solo existía una compañía aérea y que solo se podía pagar un billete un reducido número de la población, por lo que la mayoría de gente de su generación no tiene mucha experiencia con los aviones.

Antonio recuerda que en su Andalucía natal  incluso haber visto por los campos aviones con…¡ alas de lona! No nos extraña aquí en Selegna que se haya declarado terrestre con esa experiencia tan perturbadora.

Se imaginan ustedes, ¿viajar en un avión con alas de lona, viajar en burro a velocidad supersónica, acomodarse en resistentes asientos de madera, viajar en tranvía en una ciudad sin coches o recibir un bronceado gratuito y natural por cortesía  del carbón de una locomotora enorme?

Vaya aventuras más divertidas tienen nuestros residentes para sorprendernos cada día.

Respecto a actualidad, nuestros tres amigos opinaban que el transporte público había cambiado totalmente y se moderniza cada año aun mas, coincidiendo en que no se parece en nada a lo que ellos conocieron en su niñez y juventud, recordándonos la suerte que tienen las generaciones actuales de poder visitar cientos de ciudades de una forma sencilla y asequible, en asientos más modernos y cómodos, sin manchas de carbón y por supuesto volando en aviones hechos de metal.

Realmente una vez más, una conversación entretenida, divertida y llena de emociones en Selegna con nuestros queridos mayores, es un verdadero placer escuchar y compartir tantas emociones día tras día, eso es todo por hoy pero recordar que…

Os esperamos en próximo post!


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