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Deshidratación en personas mayores: cómo prevenirla y detectarla

  • Publicado el

    05 de julio de 2022

El envejecimiento produce cambios fisiológicos en nuestro cuerpo que hacen que el riesgo de deshidratación sea mayor y de peores consecuencias.

La deshidratación en las personas mayores supone un riesgo más grave que en personas de menor edad. Y también pueden ser más graves las consecuencias.

Hay que tener en cuenta que cuando somos mayores se producen cambios fisiológicos en nuestro cuerpo y  perdemos más líquido del que ingerimos. Esto puede causar que los órganos dejen de funcionar correctamente, ya que nuestro organismo necesita agua para realizar muchos de sus procesos como la regulación de nuestra temperatura corporal, la eliminación de deshechos o la lubricación de nuestras articulaciones.

¿Por qué existe mayor riego de deshidratación en personas mayores?

Conforme nos hacemos mayores, el contenido total de agua en nuestro cuerpo disminuye, llegando a tener entre 4 y 6 litros internos menos que cuando somos jóvenes.

También la función renal se deteriora con la edad y se reduce la capacidad de los riñones para conservar el agua.

Ya habrás escuchado que la sensación de sed es menor en las personas mayores, por lo que suelen ingerir una menor cantidad de líquidos.

Además, existen algunas patologías en las personas mayores que hacen que se pierdan más líquidos. Algunos medicamentos que muchos mayores suelen tomar, tienen también efectos diuréticos que hacen que pierdan todavía más líquido.

Con las limitaciones de la edad, muchos adultos mayores no tiene fácil acceso a los líquidos o no son conscientes de la importancia que tienen para su salud.

¿Cómo podemos detectar la deshidratación en personas mayores?

En muchas ocasiones y debido a la edad avanzada, nuestros mayores no son conscientes de la necesidad de mantener su cuerpo hidratado o no tienen la sensación de sed. Por ello, es necesario estar pendientes de que beban agua, aumenten la ingesta de fruta y verdura y no se expongan a temperaturas muy elevadas.

En Selegna, estamos muy pendientes de que nuestros mayores estén perfectamente hidratados, pero sabemos que muchos mayores viven en casa solos y son los familiares los que han de estar pendientes. Por eso, si te encuentras en alguno de estos casos, queremos darte más información sobre cómo prevenir y detectar síntomas de deshidratación en tu familiar mayor, sobre todo en temporada de verano.

Tenemos que prestar atención a señales o síntomas que pueden indicarnos que existe deshidratación, para actuar de forma inmediata.

La deshidratación en personas mayores puede ser leve, moderada o grave.

  • La deshidratación leve hace sentir la boca seca, pegajosa o simplemente hace sentir sed. Por ello, cuando nuestro mayor no puede expresarse y/o depende de otras personas para lo más esencial como beber, tenemos que extremar las precauciones y ocuparnos de mantenerlos hidratados.
  • La deshidratación moderada incluye, además, síntomas como:

Dolor de cabeza.

Piel fría y seca.

Poca orina u orina de color amarillo oscuro.

Calambres musculares.

  • La deshidratación grave o severa suele presentar síntomas como:

Orina muy oscura o ausencia total de micción.

Piel arrugada y reseca.

Confusión o irritabilidad.

Latidos rápidos del corazón con respiración acelerada.

Mareo o desvanecimiento.

Hipotensión arterial.

Si advertimos señales de  una deshidratación severa en personas mayores, es de vital importancia acudir a un centro médico cuanto antes para que le repongan los líquidos y electrolitos perdidos, ya sea vía oral o intravenosa.

Si la deshidratación es leve o moderada, el personal médico puede aconsejar que nuestro mayor beba agua en pequeños sorbos de forma sucesiva o que ingiera sales de rehidratación.

¿Qué medidas evitan la deshidratación en nuestros mayores?

Como hemos comentado, muchos mayores no son conscientes de la necesidad de mantenerse hidratados. Por ello, tenemos que informarles de la  importancia de beber líquidos con regularidad, y ayudarles a que forme parte de su rutina diaria.

-Para facilitarle la ingesta de líquidos, dejarlos siempre a su alcance para que acceda a ellos siempre que lo requiera.

-Si toma alguna medicación, promover la ingesta de líquidos en el mismo momento.

-Evitar  que realice actividades agotadoras o que requieran un gran esfuerzo y siempre asegurarse de que consume suficiente líquido antes, durante y después de realizar ejercicio.

-Que beba más agua en tiempos muy cálidos, húmedos o cuando hay frío seco.

-Evitar el consumo de bebidas diuréticas como el café.

La alimentación es fundamental. Aumentar el consumo de alimentos con alto contenido de agua, como fruta, hortalizas y verdura.

Mantener nuestro cuerpo hidratado de forma continua es una práctica necesaria y saludable para todos, independientemente de nuestra edad. Se trata de un hábito que debe adoptarse desde niños y mantenerse durante toda nuestra vida para evitar consecuencias que pueden llegar a ser muy graves.

No hay que olvidar que tanto los niños como las personas mayores dependen muchas veces de otras personas para poder mantenerse hidratados. También en estos casos la deshidratación puede tener consecuencias más graves. Por lo tanto, debemos estar muy atentos para que su nivel de hidratación sea siempre adecuado y actuar inmediatamente en caso de notar alguno de los síntomas mencionados.

Si necesitas saber más sobre cómo evitar la deshidratación o sobre nuestras dietas para residentes, contacta con nosotros.


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