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Qué es la demencia vascular y cómo prevenirla

  • Publicado el

    05 de mayo de 2021

La demencia vascular supone entre el 15 y el 20% de los casos de demencia.

Un estilo de vida saludable ayuda a prevenir la demencia vascular.

La demencia vascular es una pérdida gradual y permanente del funcionamiento del cerebro. En estos casos, el flujo sanguíneo que nutre al cerebro se ve reducido. Los vasos sanguíneos se ven afectados y esto les incapacita para suministrar sangre en cantidades suficientes para su correcto funcionamiento. Como consecuencia, al no recibir suficiente oxígeno el cerebro no puede procesar ni ejecutar pensamientos de manera efectiva. Y procesos mentales como la memoria, la planificación o el razonamiento se ven afectados de forma contundente y directa.

Esta patología es la segunda causa de demencia, por detrás del Alzheimer, suponiendo el 15-20% del total de los casos. Por ello es importante conocer las causas que la provocan. Eso ayudará a prevenir y evitar su progresión.

  • Debido a un infarto, o sucesión de pequeños infartos, que bloquee una arteria cerebral. En estos casos se trata de derrames -silenciosos o evidentes- que derivan en demencia vascular.
  • Tener factores de riesgo cardiovascular. La hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes, obesidad, tabaquismo pueden provocar el deterioro de los vasos sanguíneos o una arteriosclerosis y provocar la disminución del flujo sanguíneo al cerebro.
  • La edad. El riesgo de tener demencia vascular aumenta con la edad. Es poco frecuente antes de los 65 años y aparece con más frecuencia hacia los 90.

¿Cómo se puede detectar? ¿Cuáles son los síntomas? Los síntomas de la demencia vascular varían según la región del cerebro que haya resultado afectada. Pero entre los signos más llamativos destacan los siguientes:

  • Desorientación.
  • Dificultad a la hora de poner foco y concentrarse.
  • Problemas de memoria.
  • Confusión en la organización de pensamientos y en la comunicación verbal.
  • Disminución de la capacidad de organizarse y planificar.
  • Agitación y desorientación.
  • Apatía y depresión.
  • Marcha inestable.
  • Urgencia y dificultad para controlar la micción.

Una parte importante para poder evitar sufrir la enfermedad reside en cuidar la salud de nuestros vasos sanguíneos manteniendo un corazón sano, ya que la relación entre la salud cardiovascular y un adecuado funcionamiento cerebrovascular se ha demostrado que es directa y evidente.

Así pues, mantener a raya esos factores es fundamental para evitar la demencia vascular. Por eso, es importante incorporar hábitos saludables a nuestra rutina diaria:

  • Evitar el consumo de alcohol, tabaco y grasas trans.
  • Incluir la actividad física en nuestro día a día.
  • Mantener activas nuestras relaciones sociales.
  • Estimular la actividad mental (leer, participar en juegos de mesa, asistir a conferencias, etc. todo aquello que nos motive para seguir aprendiendo) 
  • Prevenir factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes, hipercolesterolemia, etc.
  • Prestar mucha atención a la alimentación para obtener un buen aporte de nutrientes diario.

Mientras los científicos buscan una cura para la demencia (la OMS estima que se producen 10 millones de nuevos diagnósticos al año) se ha podido comprobar en estudios científicos que unos buenos hábitos de vida disminuyen el riesgo de sufrir demencia vascular independientemente de la predisposición genética, lo que pone de manifiesto que un estilo de vida saludable puede ayudar a reducir el deterioro cognitivo vascular.

Si desafortunadamente se ha llegado al punto en el que se padece la enfermedad, hemos de ser conscientes de que cuando hablamos de demencia vascular nos estamos refiriendo a ese conjunto de síntomas cuya característica principal supone una alteración en el funcionamiento del lenguaje, el razonamiento, la planificación, etc. lo que conlleva una pérdida de autonomía por parte de quien la sufre y una necesidad de ayuda y supervisión en sus actividades cotidianas.

Por ese motivo, en Selegna consideramos que cuando la alteración cognitiva es importante la ayuda externa es una opción a tener en cuenta. La persona que sufre el deterioro va a estar en manos expertas que le facilitarán la incorporación de las tareas básicas en su día a día dándole seguridad y mejorando al mismo tiempo su calidad de vida. Además, un ambiente tranquilo, como nuestra residencia, ayuda a reducir la agitación. Y también contará con un buen equipo médico que os ayudará en todo el proceso.


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